08-11-2024 | 00:06:42

Luchó hasta donde sus fuerzas dieron. Peleó por seguir cerca de los suyos. Lastimosamente, el destino tenía pensado otro final para él. Dentro de ese margen que en todo momento se estableció como crítico, el pequeño Milan, de 6 añitos, falleció luego que su organismo presentara dificultades para sobrellevar una intervención tan delicada como la que tuvo.

La triste noticia fue dada a conocer a través de su mamá en las redes sociales quien contó que el peque presentó una complicación que fue irreversible. El mismo se encontraba en coma inducido con la esperanza que pasaran entre 72 y 96 horas para poder tener una idea más acabada de cómo salió de la operación que se le practicó a inicios de esta semana durante alrededor de 15 horas.

La Dra. Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Pediátrico Acosta Ñu, donde se realizó el trasplante, había mencionado con total sinceridad que el estado del peque era crítico, atendiendo al tiempo de espera que estuvo y, por sobre todo, a lo delicada de operaciones como esta.

“Le hemos puesto a disposición toda la terapéutica que tenemos, esperamos que resista y tenga una evolución positiva”, había dicho la profesional en su momento evidenciando las complicaciones que podían derivar de una intervención como esta.

“Fue una cirugía muy compleja y terminó con el paciente en la unidad de cuidados intensivos. Después de 15 horas y 30 minutos se encuentra en una situación bastante crítica. Esperamos unos tres a cuatro días de estabilización para hablar que el paciente está fuera de todo riesgo”, comentó la Dra. Garay el día en el que se hizo la intervención.

El Dr. Marcos Melgarejo también fue sincero al apuntar que el haber estado conectado por más de un año a la máquina, como lo fue un corazón artificial, subía la complejidad a la hora de hacer el trasplante y también multiplicaba los riesgos.

Desde el Hospital Pediátrico Acosta Ñu, comunicado mediante, extendieron sus condolencias «a los familiares del niño y también un profundo agradecimiento a la familia del donante, por el acto de generosidad y amor que permitió brindar una esperanza de vida, no solo a este paciente, sino también a otros que esperaban un órgano para acceder al trasplante».